¿Qué es el mutismo selectivo y cómo puede afectar a tu hijo? Tener autocontrol para saber cuándo es el mejor momento para callar es un grado de madurez que los niños aun no desarrollan. Por eso es importante, saber identificar por qué tu hijo ha decidido dejar de hablar en determinados escenarios.
¿Cuál es la actitud más inteligente ante este comportamiento? Avergonzarle o presionarle para que hable no le ayudará mucho. Por el contrario, reforzará su timidez o nivel de ansiedad. ¿Por qué ocurre esto?
El mutismo selectivo se diferencia de otros trastornos del lenguaje
El mutismo selectivo se refiere a un trastorno común que aparece durante la edad preescolar en niños o niñas cuyo ambiente le genera ansiedad. Este veto auto impuesto está asociado a condiciones emocionales y no físicas, ya que sus capacidades lingüísticas están bien desarrolladas.
Es común que el niño parezca “un lorito” dentro de su contexto familiar más próximo, donde se siente seguro, mientras que ante otros escenarios se le dificulte expresar sus ideas en forma audible. Esta ansiedad no es solo timidez ya que, trastorna la dinámica armoniosa de su relación con el otro.
No obstante, es importante saber diferenciar al silencio selectivo de otros trastornos que afectan al habla. Una de sus características principales, como ya se mencionó, es que el niño es capaz de expresarse con fluidez en algunos espacios, pero en otros no.
¿Qué otras particularidades tiene?
- No existe la presencia de otro trastorno en la comunicación como la tartamudez, la esquizofrenia, Depresión, Autismo, Fobia Social u otro trastorno de origen mental.
- La ansiedad que le produce hablar en circunstancias concretas se hace presente de forma permanente por más de un mes.
- La incapacidad para expresarse de forma audible se hace presente en situaciones sociales específicas en las que se espera que pueda comunicarse con fluidez, por ejemplo: ante otros familiares, en el colegio, dentro de su comunidad, etc.
- Este trastorno afecta su capacidad de conseguir y mantener amistades, así como su rendimiento académico.
- El niño o la niña posee un suficiente vocabulario para conversar y perfecta comprensión del significado de las palabras, solo que no es capaz de establecer un diálogo con la otra persona.
¿Cómo afecta el mutismo selectivo la vida de un niño?
Cuando la mudez domina la vida de un niño, este puede verse limitado como si algo paralizara sus acciones. Además de no poder dialogar, tampoco se atreve a actuar. Por ejemplo, quizás estén jugando y le corresponda contestar una pregunta o cantar para seguir el juego y no puede hacerlo.
La ansiedad que esta situación le produce es tan alta, que siente muchos nervios, comienza a sudar, duda de sí mismo, se autocritica en su mente y da la impresión a otros de tener algún problema mental. Si, además, se burlan o le presionan para que hable, se profundiza el trastorno.
Lo cierto es que estos niños mantienen una comunicación fluida en casa, caracterizada por un rico vocabulario con sus padres, hermanos o abuelos porque con ellos se sienten seguros y en confianza. Pero en otros escenarios sociales, por más que quieran hablar, la ansiedad les paraliza.
La incapacidad para relacionarse de forma grata con sus pares, dificultad el hacer y conseguir amigos lo cual le sumerge en la soledad y le reafirma la idea equivocada de que él o ella tienen un problema, no es inteligente o no sirve. Se auto juzga de manera negativa porque así cree que los demás opinan.
En Resumen, un niño con mutismo selectivo siente en altos niveles:
- Ansiedad
- Nervios
- Inseguridad
- Mucha timidez
- Sudoración
- Enrojecimiento
- Respiración acelerada
- No pueden hablar o interactuar, aunque así lo deseen
- Baja autoestima
- Habilidades sociales pobres
Esta característica infantil, pudiera ser el cultivo de una deficiente estima personal que marque el rumbo de su vida y la calidad de sus futuras relaciones interpersonales. De allí la importancia de buscar ayuda con prontitud, a fin de corregir esta imagen corporal deformada que posee el niño de sí mismo.
Mientras más temprano se pueda intervenir, será mejor para modificar su percepción personal y apoyarlo para ganar más confianza y seguridad en sí mismo. Prevenir la fobia social es posible. Muchos niños han logrado superar este reto con éxito.