El Síndrome de Asperger en niños es mucho más frecuente de lo que pudiera imaginarse. Aunque semejante, no se trata del autismo pues la riqueza de su vocabulario no se encuentra comprometido, aunque sí su capacidad de comunicación con el otro.
Esta alteración se caracteriza por limitar, no la inteligencia sino, el área social de una persona.
Comúnmente, una persona callada y ensimismada pudiera pasar por alguien tímido o con serios problemas mentales.
Sin embargo, pudiera tratarse de alguien con Asperger, una persona con una inteligencia sobresaliente pero con dificultades en el desarrollo.
¿Qué es el Síndrome de Asperger?
Conforme una persona crece y madura, se desarrollan habilidades que facilitan la interacción con su entorno.
Sin embargo, en este trastorno el desarrollo esperado sufre una modificación neurobiológica que potencia sus habilidades cognitivas pero limita los aspectos sociales de comunicación con el medio que le rodea.
Su modo de aprendizaje es distinto al estilo de la población media por lo que, es común observar que algunos temas en particular obsesionen su atención mientras que los más populares no le despierten ningún interés, lo cual desconcierta a sus familiares y amigos.
Causas del Síndrome de Asperger
¿Qué origina el Asperger? Existen causas neurobiológicas, genéticas y medioambientales que contribuyen con la aparición de este trastorno.
Se señala que el 90% de estos niños, tienen padres con el mismo trastorno. También se sospecha del timerosal, presente en los dentífricos así como en algunos medicamentos y productos de limpieza.
A nivel orgánico, se ha constatado que durante la vida intrauterina se producen anomalías en el cromosoma 15, que generan células de menor tamaño en el sistema límbico así como macrocefalias asociadas con displasia a nivel del tronco encefálico y la oliva.
Síntomas y consecuencias
Esta alteración del desarrollo se traduce en un proceso diferente de las emociones, las habilidades sociales y comunicativas, por lo que existen:
- Barreras para hacer amigos
- Preferencia por el aislamiento
- Rechazo a hablar con los extraños
- Evasión del contacto visual
- Interés desbordante por tareas específicas
- Especial comportamiento social
- Seguimiento estricto de rutinas.
Todas estas conductas pueden desconcertar y producir estrés o ansiedad en quienes no comprenden que esta es la manera más segura y confiable de vivir que tienen.
Por ello, es vital comprender su estilo de aprendizaje y desenvolvimiento social a fin de brindarle apoyo y prevenir mayores secuelas que enraícen el trastorno.
¿Cómo diagnosticar el Síndrome de Asperger?
Para diagnosticar el Síndrome de Asperger con mayor efectividad, la observación debe comenzar en las etapas tempranas del desarrollo y ha de centrarse en la edad en la que se espera la adquisición del lenguaje, los rasgos sociales y la inteligencia.
Si alguno de estos aspectos no encaja en la fase madurativa correspondiente, es posible estar en la presencia de una persona con asperger.
De allí, lo importante de que sus familiares trabajen en estrecha comunicación con el pediatra, el psicopedagogo y otros especialistas.
¿Cuál es el tratamiento a seguir?
Un abordaje temprano garantiza una compensación más efectiva de las deficiencias en el desarrollo. Dentro del programa de acción, son imprescindibles:
- Las estrategias psicológicas para la modificación de conducta y la adecuación progresiva del tratamiento
- Las recetas farmacéuticas
- La atención psicopedagógica de un docente especialista.
Siempre partiendo de las particularidades individuales, potencialidades y la edad de la persona con asperger, sus familiares, el entorno y el espacio educativo han de cooperar unidos para lograr un progreso significativo en el aspecto social de esta persona.
Es muy importante brindarle la mayor cantidad de oportunidades de interacción social.
Al inicio, todas las actividades psicológicas y pedagógicas serán dirigidas a nivel individual con objetivos conductuales concretos. En este sentido, es fundamental trabajar la expresión facial y la interacción con personas desconocidas.
En la medida que el progreso lo indique, se irán expandiendo las posibilidades de integración e inclusión social con el apoyo constante de familiares y amigos que le ayuden a conseguir una mejor calidad de vida sin discriminación ni rechazo.